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Le agradezco a la vida…

Por la Dra. Verónica Arredondo

Apenas comprendemos lo que significa tener la posibilidad de estar en la escuela y adquirir los diversos conocimientos con los que vamos a descubrir el mundo, somos capaces de imaginar el futuro y planear cómo vamos a conseguir nuestros objetivos, o bueno, no sé si todas lo hayamos pensado así, pero creo que es una bonita manera de exponer y plantear que apenas caminamos, sabemos que tenemos la capacidad de volar.

No quiero romantizar la palabra volar y caer en el concepto que tiene de nosotras el poeta al que solo le interesan las mujeres que vuelan, no. Las mujeres caminamos, limpiamos la casa, conducimos taxis, pilotamos aviones, descubrimos vacunas, escribimos libros, damos clases, dirigimos empresas y países, creamos modelos matemáticos, no volamos, tenemos los pies bien puestos en la Tierra y sabemos desarrollar nuestras habilidades hasta el punto de poder ganar medallas de oro y romper récords mundiales. Pero no hace mucho tiempo de esto, hace unas décadas ni siquiera podíamos emitir voto ni teníamos la oportunidad de opinar sobre nada. La “humanidad” nos tenía relegadas.

Es cierto que todas y todos padecemos de los obstáculos que nos presenta la vida. Para algunas siempre es más difícil que para otras. Nos rodean circunstancias que no pueden ser comparadas. Venimos y crecimos en contextos diferentes, la suerte nos ha tratado en distintos niveles. Pero hoy, me siento agradecida por todo lo que he podido hacer, agradecida a la vida, que es una entidad abstracta, pero sobre todo, hoy me siento especialmente agradecida hacia las mujeres que han formado parte de mi crecimiento, desarrollo, felicidad.

Para todas y todos ha sido duro este periodo y proceso, llevamos dos años viviendo en la zozobra y no sabemos si podamos volver a la normalidad, a una nueva normalidad, o tengamos que inventar algo como normalidad para poder seguirnos desarrollando. Salimos a la calle con preocupación, la preocupación se ha vuelto nuestra compañera para desempeñar las actividades que llevamos a cabo. Nadie de nosotras imaginábamos que íbamos a vivir esta especie de hecho histórico, esta especie de reinicio del mundo.

Pero, este inicio de año, me dio la oportunidad de acreditar mi segundo doctorado, un tema que significa mucho para mí, y que también significa mucho para todas aquellas personas que me han apoyado durante mi vida en general y mi trayectoria académica en particular. Yo le debo mucho a la vida, a las mujeres que conforman mi familia, a mis amigas, a mis colegas, a mis compañeras de pupitre, a las mujeres que lucharon por que fueran reconocidos nuestros derechos.

Apenas hace unos días, los medios nacionales daban a conocer la noticia de otra periodista asesinada en México. Una periodista que ya había advertido que se sentía insegura, una mujer que ha pasado a engrosar las estadísticas de feminicidios, de actos de violencia ejercidos contra las mujeres. Vivimos en un país que no es apto para desarrollarse como mujer, como profesionista, como pareja, como emprendedora, como deportista, como artista. Vivimos en un país que pone todos los obstáculos para que no crezcamos y podamos tomar las riendas de la realidad, pero aún así, existimos mujeres que contra viento y marea, hemos podido construirnos y reconstruirnos y por ello me siento agradecida, por ese motivo, porque lo he podido lograr. He podido alcanzar lo que muchas mujeres de mi generación y familia soñaron. Todas ellas me han ayudado, todas nos hemos ayudado y eso, hay que celebrarlo. Tenemos que celebrar que una de nosotras, pueda alcanzar las metas profesionales, porque de alguna manera, ello significa, que ningún esfuerzo ha resultado vano.

Se los agradezco, compañeras.
Agradezco haber podido conocer y estudiar en diferentes países. Porque eso me ha dotado de una visión mucho más crítica acerca de los problemas a los que nos enfrentamos. Mi formación como investigadora y científica ha sido mucho más integral de lo que nunca soñé, y espero poder retribuir a la sociedad todo lo que mi profesión le ha costado.

Agradezco haber podido formar parte de las diferentes plantillas profesionales con las que me he desarrollado. Tener la experiencia académica de la que gozo, ha sido en parte gracias a que mucha gente ha confiado en mis habilidades y conocimientos.

Agradezco haber nacido donde nací, y toda la gente que me ha echado la mano, las personas que se han acercado a compartirme sus experiencias de vida y a veces hacerme parte de ellas, porque de todo he aprendido. Cada detalle y motivo me ha dejado algún conocimiento sobre la vida.

Agradezco que este país, gracias a la lucha de las mujeres, este cambiando su visión de las cosas. Todavía nos falta mucho, nos falta todo, porque a todo tenemos derecho, porque la humanidad nos lo debe. Somos la mitad de la población, representamos la mitad de los corazones, somos la mitad de todo lo que existe en el mundo.

Agradezco a todas las mujeres de mi familia, de esta y anteriores generaciones, a mis amigas, que son parte fundamental de lo que soy, yo soy porque ustedes son.

Agradezco a la primer mujer que luchó por construir una patria más justa, a las primeras mujeres organizadas que pensaron que la estructura del mundo tenía que ser repensada para tu tuviéramos cabida dentro de él.

Hoy que soy colaboradora en la Tesorería del Senado de la República, que soy parte del Sistema Nacional de Investigadores, y que he visto culminados mis estudios académicos por medio de sendos doctorados, en mi querida UAZ y en la Universidad de Valadolid, en España en conjunto con la Universidad de Roma La Sapienza en Italia, me siento agradecida con las cosas que me han sucedido en la vida, con mi familia y amigos(as), con todas y cada una de las personas que han sido parte de este camino.

Sé que hay mucho que recorrer, que así como otras mujeres me ayudaron a mí, me toca ayudar a otras mujeres que están en camino de cumplir sus cometidos, metas y sueños. Sé que yo actualmente, ocupo un lugar que me permitirá ayudar a desarrollarse a otras profesionales de la ciencia, de las matemáticas, de la estadística.

El desarrollo de la sociedad, de un país, depende de la forma en que sean tratados sus ciudadanas y ciudadanos. Podemos esperar un mejor futuro si las mujeres gozamos de las oportunidades que nos han sido negadas durante toda la historia. Actualmente, el gobierno, las cúpulas empresariales, la mayoría de las profesiones y oficios, no cuentan con la plataforma ideal para que nosotras ejerzamos su propiedad. En todavía muchos escenarios, se nos ve como algo raro, no tenemos cabida, somos rechazadas.

También te agradezco a ti, querida lectora, querido lector, que me has dado la oportunidad de llegar a ti, que me dejas entrar a tu casa, que escuchas mis palabras. La labor de quien escribe, del columnista, del periodista, es trascendental para que los temas sean tratados y visibilizados, y aunque mi formación es de matemática y científica, me siento agradecida a este medio, que nos brinda a ti y a mí, la plataforma para que nos conozcamos y tengamos una interrelación de amistad, de charla, de complicidad

Agradezco a todas nosotras, que estamos sembrando el futuro.