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PROCESO ELECTORAL 2022

Por: Isadora Santivañez Ríos

Las campañas electorales de esta contienda han llegado a su fin, después de más de ocho largas semanas en las que tuvimos la oportunidad de conocer los proyectos, las propuestas y a las personas que aspiran a la noble tarea del servicio público, los ciudadanos de 6 Estados de la República mexicana se declararon listos para decidir con base firme a sus próximos representantes a la gubernatura y el tema que sobresale dentro de los pasillos del ambiente político es el de la conclusión de los resultados, el debate recae en quién ganó, Morena y sus aliados o el bloque opositor de los partidos tradicionalistas.
A pesar de la evidencia reflejada en los números y resultados, en donde claramente Morena gana 4 de 6 Estados y arrebata el triunfo a quienes ostentan el poder, para muchos, el partido Morena, junto con Andrés Manuel López Obrador son los innegables ganadores de estos comicios, sin embargo existen algunas expresiones políticas que afirman que la alianza logró posicionarse en dos de los Estados más importantes en materia económica y política y eso da una bocanada de esperanza rumbo al 2024.
En el caso que a nuestro Estado interesa, nuestros vecinos más cercanos, se visten de azul, amarillo y rojo, dando muestra de que el centro Norte del país, marca una tendencia a favor del sistema tradicionalista y le da la espalda a la Cuarta Transformación y a todo lo que esta representa.
Con cada proceso electoral que finaliza, se puede afirmar que la democracia en México madura, se fortalece y se posiciona como el modelo que más le conviene a nuestra nación. Y es importante destacar que, fuera de apasionamientos políticos, la verdadera trascendencia de está jornada radica en la consolidación de nuestros procesos democráticos.
Con todo, el verdadero avance solo se puede analizar y determinar tras cada jornada electoral, con base en la incidencia de abstencionismo político que se presente en las casillas tras el escrutinio de los prosélitos. Y es innegable que en este proceso, volvió a ganar el desinterés ciudadano. Es decir, que el principal lastre de nuestra democracia sigue siendo el abstencionismo político de los ciudadanos. Por lo que es necesario reconocer que la responsabilidad de tal situación, recae en muchos sentidos en la clase política, pues es esta, a través de sus acciones, la que motiva o descarrila el interés del ciudadano en los asuntos públicos.
Es por tanto indispensable que seamos críticos en nuestros juicios, para reconocer y solventar algunos vicios que suelen presentarse durante el desarrollo de nuestros procesos democráticos. Tales son los casos de las campañas negras, que van desde infundios que buscan el descrédito de los opositores, usando como herramienta la calumnia, hasta la contratación de empresas o instituciones dedicadas a la estadística, cuya venalidad las motiva a construir encuestas tendenciosas, que resultan nocivas para un desarrollo higiénico de las campañas electorales.
Se sugiere pues, atender con conciencia las prácticas de poca probidad que se suscitan durante las campañas electorales, a fin de reconocer sus motivaciones, y eliminarlas de manera efectiva como la problemática que comienzan a ser. Por ejemplo, obligar a las organizaciones con competencia para realizar encuestas, a través de un adecuado reglamento sobre sus prácticas, a que realicen su labor específicamente coordinadas por un organismo determinado, ya que de otro modo, seguiremos sumergidos en una guerra panfletaria de encuestas, donde cada cual puede mandar hacer la propia como mejor le convenga. La situación no termina ahí, sino que es solo parte de las prácticas dañinas que se deben evitar, empleando un esfuerzo conjunto entre autoridades y sociedad en general.
Otra faceta de dichas prácticas, que alberga una mayor afluencia de incorrectos procederes, se suscita precisamente durante los días de elecciones. Es común y no existe en México, un solo partido político que históricamente se encuentre exento de haber realizado acciones ominosas en contra de la democracia, durante las jornadas electorales que hemos vivido en el país. Pero reconocer el error es el fundamento de su solución, y pedirle al alacrán que se inocule su propio veneno es ridículo, por ello más que requerida, es necesaria la participación ciudadana en los asuntos políticos, particularmente, en las elecciones, para exigir la pureza de la llamada democratización mexicana.
Las elecciones en México, siguen realizando los mismos procedimientos y prácticas desleales que nos llevan a un estancamiento social y político y los actores políticos siguen perteneciendo a los mismos cotos de poder que durante décadas han llevado a México al estancamiento político y democrático.
Independientemente de los resultados que posicionan a uno u otro bando en cada estado, la clase política sigue siendo la misma y realizando las mismas prácticas. México cambiará el día que los políticos cambien.