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Estrategia fallida.

Por: Juan Carlos Girón Enriquez

Un niño muere, víctima de la delincuencia organizada, al interior de una Iglesia, dos sacerdotes jesuitas mueren, al interior de una Iglesia, tratando de ayudar a una persona herida, por la delincuencia organizada, antes de esas muertes, muchas otras más en las calles, al interior de domicilios particulares, en restaurantes, en un sinfín de lugares, al Estado parece no importarle.
Ahora un centro de vacunación infantil ha padecido la violencia, familias con niños de entre 5 y 11 años buscaban inmunizar a sus hijos contra el COVID, cuando no sabían que había otra amenaza todavía más peligrosa que los acechaba en la espera de la vacuna.
¿Qué es lo que tiene que suceder en México para que las autoridades encargadas de la seguridad entiendan que la estrategia de abrazos y no balazos no es suficiente? A casi tres años de esta administración federal ya podemos afirmar que los delincuentes no escuchan ni a sus mamás ni a sus abuelas, porque siguen delinquiendo.
En estos momentos México vive con miedo, pero el gobierno se jacta de no haber declarado a una guerra a la delincuencia lo que es más que evidente, porque las muertes violentas en nuestro país se han incrementado exponencialmente y nadie hace nada.
Pero mientras más noticias sobre violencia se difunden y mayor es el número de sectores sociales que se manifiestan entonces es cuando el Estado pone su mayor esfuerzo, pero no para abatir la delincuencia, sino para crear cortinas de humo que “distraigan” la atención de la sociedad y poner una agenda temática en los medios que se olvide de la violencia en que estamos inmersos.
Entonces, se habla del aeropuerto, del tren, de las elecciones, de lo que pasa en otros países, pero la inseguridad no es un tema del que le guste hablar al presidente en sus conferencias matutinas y distrae la atención o se ofende por comentarios de los medios, los acusa de chayoteros o de estar en contra de él, pero evade responder preguntas que los mexicanos necesitamos que se respondan a la brevedad. Aunque si no nos explica su estrategia de seguridad tampoco nos importa a los mexicanos, porque a lo largo de este sexenio nos ha quedado claro que nada de lo que dice el presidente es relevante, lo que verdaderamente importa es lo que hace y quisiéramos que hiciera algo y lo hiciera ya, para terminar con la violencia que flagela nuestro país.
Si hace 25 años nos hubieran dicho que México se encontraría dentro de los países más violentos del mundo no lo hubiéramos creído. Es más, si nos hubieran dicho que Zacatecas dejaría de ser una de las ciudades más seguras del país para convertirse en una de las más inseguras, hubiéramos tildado de mentiroso a quien lo dijera.
Hoy estamos aquí, enfrentando uno de los peores momentos de inseguridad en México y en Zacatecas y duele leer que todo el gabinete presidencial se vuelca a hacer declaraciones sobre otros temas que nada tienen que ver con una problemática social como lo es la inseguridad y como resolverla.
Es momento en que todos los sectores de la sociedad unamos nuestras voces y exijamos al gobierno cambie su estrategia de seguridad en lo inmediato, porque la vida de las personas es más importante que una cortina de humo.

Docente Investigador de la Unidad Académica de Derecho de la Universidad Autónoma de Zacatecas. E-mail: giron705@hotmail.com