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LAS NUEVAS RELACIONES DE PODER
Por: Isadora Santivañez Ríos

En el mundo actual nos encontramos ante un efecto de conectividad que involucra a todos y cada uno de los entes públicos de los diversos países, las relaciones internacionales se han visto cada día más condicionadas a la conectividad que permite la movilidad de personas y mercancías, así como al acceso y difusión de información; a la par, los fenómenos económicos y de distribución de mercados internacionales genera políticas encaminadas a eliminar las barreras existentes entre las diversas naciones, lo que nos lleva a crear una llamada “aldea global” en la que congenian la diversidad cultural, ideológica, política, económica, racial y de credo, entre muchas otras.
En años anteriores, se oscilaba generar bloques de poder que marcaran la diferencia entre los dogmas políticos de las naciones, desde inicios de la humanidad, las relaciones entre aldeas o poblados se establecían por la necesidad de comercialización o distribución de mercancías, a través del llamado trueque y conforme fueron estableciéndose las naciones, las relaciones entre los diversos reinados estaban encaminadas a establecer bloques de poder y de dominio que fortalecieran a los líderes o reyes y con esto garantizar la posibilidad de aumentar su poderío y sus riquezas.
Sin embargo, la geopolítica internacional se ha ido adecuando a los tiempos y en este mundo globalizado, los temas que determinan los bloques de poder están relacionados con la demografía, la salud y el medio ambiente, la economía y tecnología, así como la identidad, la forma de gobierno, la seguridad y la geografía.
El estudio de la política internacional y de las relaciones de poder entre las diversas naciones surgió en el siglo XIX, sin embargo, tuvo sus antecedentes durante la Primera Guerra Mundial, acontecida en el año de 1914, en la que la Triple Alianza (compuesta por el Imperio Alemán, Austria- Hungría, el Imperio Otomano y el Reino de Bulgaria), y la Triple Entente (compuesta por Reino Unido, Francia, Rusia, Italia, Estados Unidos y Japón) se enfrentaron en una sangrienta batalla a causa de la radicalización del nacionalismo, el reclamo de territorio y el control del mercado mundial.
Al finalizar este enfrentamiento se firmó el Tratado de Versalles, dentro del cual destaca la creación de la Sociedad de Naciones y con ello el comienzo de la política entendida desde un punto de vista internacional.
Posteriormente, durante el periodo de entre guerras se vivieron acontecimiento de gran relevancia, que ayudaron a determinar la geopolítica actual, como lo son la Revolución Rusa, la Gran Depresión de 1929, la incursión de la tecnología, el arte, la ciencia y la cultura, el derecho al voto de la mujer, la división de los sistemas socialistas y capitalistas y la expansión del fascismo y del nacismo con Mussolini en Italia y Hitler en Alemania.
Todo esto dio como resultado que en el año de 1939 estallara la Segunda Guerra Mundial en la que se concretó la composición de dos regiones de poder, por un lado, Alemania, Italia y Japón se unieron como Potencias del Eje, mientras que Reino Unido, Rusia, China, Estados Unidos y Francia consolidaban el bloque de los Aliados.
Estas naciones determinaron el contexto de la geopolítica actual, dando fin al totalitarismo en Alemania, Italia y Japón e impulsando el surgimiento de nuevas potencias como Estados Unidos y la URSS, quienes posteriormente dirigirían el destino de la polarización mundial. No obstante, con el surgimiento de los organismos internacionales como la ONU, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, se planteó el inicio de una nueva era en la geopolítica, en donde el comercio y la conectividad servirían como punta de lanza del mercado mundial.
Y a pesar de que durante la Guerra Fría los bloques conformados por los países capitalistas y los comunistas intentaron generar divisiones para ampliar sus zonas de influencia y generar un dominio mundial, los efectos globalizadores dieron paso a la interrelación entre los ciudadanos del mundo y esto abrió un espacio a una nueva forma de hacer política internacional en la que todos los países ingresan a un nivel de competitividad e interconexión.
En la actualidad, las relaciones de poder, van cediendo espacio a los mercados internacionales que rigen los Acuerdos y Tratados Internacionales, y nuestros gobernantes deben entender que, en este mundo globalizado, la actualización, modernización y tecnificación, serán los pilares del desarrollo económico, de no ser así, estaremos destinados a permanecer al margen de la era global.

*Lic. en Relaciones Internacionales, violinista y política