Skip to main content

EL DOS DE OCTUBRE NUNCA SE OLVIDÓ

Como herencia al pueblo de México quedo impreso en la memoria colectiva de los Mexicanos la matanza de estudiantes en Tlatelolco del dos de octubre de 1968, como secretario de gobernación, y el halconazo de 1971 o jueves de Corpus, donde fueron masacrados alrededor de 120 estudiantes, todo ello obra de Luis Echeverría Álvarez, presidente de México durante el periodo 1970 – 1976, quien falleció el pasado día ocho, coincidiendo con el 46 aniversario de la intervención del diario Excélsior, que el mismo perpetró, y con el centenario de su nacimiento.
Su deceso fue enmarcado por la cuasi ausencia de condolencias de mandatarios y gobiernos, la más notoria fue la de Cuba, de quien hasta el momento no tenemos conocimiento que haya sido emitida, a pesar de la amistad personal que lo unió con Fidel Castro Ruz, y si revisamos su actuar en la vida pública del país, poco hay que agradecer, por lo que este hecho ha tenido poca relevancia en el diario acontecer de la vida nacional y en las reseñas de los diarios.
Tal vez el tweet de Santiago Nieto Castillo, quien fuera titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) fue quien mejor expresó el sentir popular, “Arriba y adelante”. “Cuando me preguntan qué siento ante la muerte de Luis Echeverría pienso en Lucio Cabañas, Genaro Vázquez, El Halconazo, Rosendo Radilla, la primera devaluación, Jesús Piedra Ibarra. Ni arriba ni adelante”. Reflexionó Santiago Nieto. Un Hombre perseguido toda su vida por el fantasma del 68, ya que fue señalado por muchos como el hombre que operó y dio la orden al batallón Olimpia, quienes dispararon a mansalva contra los miles de estudiantes congregados en la plaza de las tres culturas en la unidad habitacional Tlatelolco, en la Cd de México, así como a los más de 120 estudiantes masacrados en una manifestación, ya como Presidente,
Como persona, como ser humano, lamentamos su fallecimiento, empero, la memoria y hechos de este personaje no pueden soslayarse, más allá de lo que podamos reflexionar en este breve espacio, la sociedad mexicana ha dado su veredicto, así como también ha emitido su inapelable fallo la historia.

Mtro. Saúl Monreal Ávila
Docente de la Unidad Académica de Derecho de la UAZ.