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NECESITAMOS EL PERIODISMO

Por la Dra. Verónica Arredondo

Somos consumidores de información. Casi cada acto de nuestras vidas se encuentra atravesado y afectado por la información que tenemos sobre nuestro entorno. Quizá no lo tenemos presente, pero nuestras decisiones están subordinadas al conocimiento de nuestro alrededor. Nosotros, por nuestra propia cuenta, no podríamos saber todo lo que acontece en la colonia, municipio, estado, país, del que somos originarios, para ello, requerimos de un aparato que pueda ser capaz de manejar y describirnos hechos, que podamos comprender e interpretar. Este organismo, institución, necesita de profesionales de la información mejor conocidos como periodistas. Todas sociedades, todas, necesitan del periodismo.

El periodismo es una profesión que cubre la labor de informarnos sobre la realidad y los hechos que acontecen día con día; los y las periodistas nos cuentan lo que ocurre en los diferentes lugares del mundo. La forma en que lo cuentan se conoce como noticias. Las noticias son relatos que digerimos en menor o mayor medida de acuerdo con que si lo que se narra nos interesa o no. Basta con acceder a una red social, para consultar una noticia.

Pero el trabajo de las y los periodistas no es nada sencillo. En algunas partes del mundo, el ejercicio del periodismo, se considera del alto riesgo. La Federación Internacional de Periodistas (FIP), sostiene que México es uno de los países más peligrosos para ser periodista. De acuerdo con el último informe de la FIP: “(…) en el 2021 se reportaron en México nueve asesinatos, que se suman a los 148 que se han registrado desde el 2006, año en el que comenzó la llamada 'Guerra contra el Narcotráfico'. Los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación son asesinados con mayor frecuencia por denunciar la corrupción, el crimen y el abuso de poder en sus comunidades, ciudades y países. Durante 2021, 45 periodistas y trabajadores de medios de comunicación fueron asesinados en el mundo mientras desempeñaban su trabajo, es decir que el 20 por ciento de los asesinatos, ocurrieron en México. De acuerdo con las cifras estadísticas, 20 periodistas fueron asesinados en Asia; 10 en América Latina; ocho en África; seis en Europa y tres en Oriente Medio y el mundo árabe.”

Una sociedad democrática debería de ser capaz de garantizar la actuación y la vida de las y los periodistas, y sin embargo, en México eso se encuentra alejado de la realidad. De alguna forma, la realidad del país impide que tengamos acceso a la información y las noticias sin que corran riesgo quienes son los encargados de hacerlas llegar a los medios de comunicación. ¿Por qué ocurre ello? Porque el conocimiento de la verdad es un tema que estructuralmente no es conveniente para ciertos intereses.

De acuerdo con la página de Artículo 19, desde el año 2000 a la fecha, 154 comunicadores, han sido asesinados en México en posible relación con su labor periodística. Pocos lugares en el mundo podrían rebasar esa cifra, o ninguno. Eso significa que resulta imposible que el Estado mexicano, asegure el ejercicio del periodismo. Es como si nadie quisiera que se supiera la verdad, como si la verdad fuera una anatema y tuviera que ser subvertida una y otra y otra vez hasta desaparecerla. Porque el periodismo se encarga de ello: de revelarnos la verdad.

De acuerdo con Daniela Pastrana del colectivo Periodistas de Pie: “Básicamente los matan (a los periodistas) porque pueden. En los últimos ocho años, solo se ha resulto un caso, no hay consecuencias. Cada asesinato no resuelto de un periodista abre la puerta al siguiente.”

Pero, ¿nosotros, como ciudadanos, podemos hacer algo al respecto? La ciudadanía puede y debe ejercer presión para que el trabajo de las y los periodistas se convierta en una profesión segura de ejercer y que estado, instituciones, entes privados y todas las personas, faciliten su encomienda. Porque no puede ser que los comunicadores encuentren más dificultades que en un país en estado de guerra.

Por si no fuera poco, debemos tener el poder de garantizar una prensa libre. Ya sabemos que el ejercicio periodístico es complicado. Todavía hay un obstáculo que implica dentro de su ejercicio, la ética y la moral. Vivimos en un país sumamente desigual cuando tenemos recursos para que no fuera así. Respecto a los medios de comunicación, algunos de los canales pertenecen a grandes corporaciones que hacen de la información su negocio particular. Por otro lado el periodismo que disiente, será acallado de muchas formas. Por eso es posible cuestionar si la libertad de prensa se ejerce de manera real en nuestro país.

Más allá de lo que sabemos y entendemos, debemos reconocer la gran labor del periodismo y de su necesidad. Para seguir construyendo nuestra realidad y la democracia, debemos establecer los medios adecuados para que las y los periodistas realicen su labor sin impedimentos. Ellas y ellos están ahí para transmitirnos los hechos que nos ayudarán a guiarnos y tomar las mejores decisiones personales y colectivas. Su seguridad es parte de la nuestra.

Desde esta columna agradezco al medio periodístico, porque a pesar de las circunstancias en que se desarrolla, continúa con su labor.

Agradezco a este medio, El Nopal, por el espacio que le otorga a comunicadores y comunicadoras, que día sí y día también, llevan las noticias a las y los ciudadanos. El conocimiento de la realidad es trascendental, y el canal periodístico es indispensable. La libertad de expresión no se negocia y la de prensa tampoco.