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MÉXICO NEOLIBERAL

Por: Isadora Santivañez Ríos

El desarrollo de la historia del mundo ha estado marcado por la interrelación entre las diversas naciones y la manera en cómo se han ido desarrollando geográfica y culturalmente hablando. La política internacional se encuentra determinada por las relaciones entre los Estados y el poder, así como su capacidad de adaptación a los cambios y a la llamada era global.
No olvidemos que la globalización ha posibilitado la eliminación de las fronteras y ha facilitado la interconectividad entre los pueblos y las diversas culturas, por lo cual, las relaciones internacionales se han modernizado, generando nuevas formas de interacción y agilizando el intercambio de ideas.
La política internacional estudia las relaciones socioculturales entre las naciones y los entes de poder, teniendo como prioridad el análisis de aquellos países que interactúan o intercambian a través de las diversas políticas públicas y económicas, estudiando la realidad de las diversas naciones y sus efectos negativos o positivos derivados de la globalización.
Es por tal motivo, que resulta importante analizar el papel que juega nuestro país dentro de la esfera global y cómo han surgido los diversos organismos internacionales que permiten la configuración de las alianzas y los diversos acuerdos políticos, económicos, sociales, culturales e incluso religiosos entre los diversos países.
México forma parte de la Organización de Naciones Unidas, la cual tuvo sus antecedentes en la llamada Sociedad de Naciones, creada al terminar la Primera Guerra Mundial por el Tratado de Versalles, esta tuvo como objetivo principal establecer las bases para la paz mundial y reorganizar las relaciones entre las naciones tras la configuración mundial del periodo de entre guerras.
Sin embargo, no logró concretar sus objetivos y lamentablemente el mundo se vio envuelto en una Segunda Guerra de alcance mundial, la cual fue una de las más devastadoras de la historia y generó una reconfiguración de las relaciones internacionales.
Al finalizar la guerra, se creó la Organización de las Naciones Unidas, con el objetivo de mantener la paz y seguridad internacionales, sirviendo como mediadora entre las naciones para llegar a acuerdos y solucionar conflictos de manera pacífica.
México, al ser reconocido como una nación conciliadora, ha buscado la manera de formar parte de este tipo de organismos internacionales y de generar acuerdos económicos regionales que le permitan consolidar alianzas estratégicas y con ello formar parte del nuevo orden mundial.
Por lo cual, se integró a la Organización de Naciones Unidas, siendo la mayor organización internacional que existe en el mundo y con ello, fue marcando una tendencia favorable hacia la afiliación de nuestro país a la globalización y al capitalismo, al incorporarse además a diversos organismos internacionales como la Organización Mundial de Comercio, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, entre otros.
Fue así como nuestra nación fue ampliando sus esferas y generando las condiciones necesarias para formar parte de un mundo globalizado, en el cual la interconectividad ha servido como punta de lanza para el desarrollo de la economía y el fomento de la productividad.
Es por tal motivo, que resulta altamente preocupante que la política económica y de política exterior del actual Gobierno Federal se enfoque en una visión paternalista y dictatorial, que cierre sus puertas a la economía global y que le dé la espalda al llamado neoliberalismo.
México no puede ser un país de puertas cerradas hacia las economías globales, aislarse del mundo y tratar de lograr la autosuficiencia sin una política exterior exitosa, llevará a nuestro país al retroceso y al estancamiento económico, lo que se traducirá en mayor inflación, menores oportunidades laborales, disminución del comercio, generando que la producción y productividad se vea afectada y todo ello derivará en una lacerante agudización de la pobreza.
A México le urge una política que vea más allá de las fronteras y que le permita ampliar sus horizontes, de lo contrario, terminaremos asfixiados por el estancamiento y la recesión económica.