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¡ASI DE MAL ESTAMOS!

Por: Isadora Santivañez Ríos

Recuerdo que hace algunos años, cuando yo era una niña, en Zacatecas presumíamos de ser uno de los Estados más seguros y limpios del país, afirmábamos que éramos una tierra de gente buena y trabajadora, con valores y principios muy arraigados.
Daba orgullo sentirse en un ambiente de respeto, sereno, en donde se respiraba un aire de paz y tranquilidad; sin embargo, ese Zacatecas ha quedado atrás, la civilizadora del norte se ha transformado en la llama incendiaria de la inseguridad y del narcoterrorismo en la región norte del país.
Nos hemos convertido en uno de los Estados con más crímenes asociados con la delincuencia organizada, encabezamos la lista de Estados con más feminicidios cometidos por año, el 94.1% de la población percibe está región como insegura, Zacatecas capital es una de las 3 ciudades más inseguras del país y el municipio de Fresnillo se distingue como el más inseguro de toda Latinoamérica.
Todos los días se presentan hechos de violencia en las calles, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la violencia en la entidad ha aumentado 272% en los últimos 5 años, sin embargo, en el año 2020, se rompió un record de violencia con hasta 1,065 homicidios dolosos.
Según la Secretaria de Gobernación, Zacatecas, es uno de los Estados que concentra el mayor número de personas desaparecidas con 983 denuncias y en los últimos meses hemos vivido hechos de violencia que han trascendido hasta las esferas nacionales por sus características altamente sangrientas.
A inicios de año, fueron encontrados una docena de cuerpos sin vida adentro de una camioneta en la emblemática plaza de armas ubicada en pleno centro histórico del Estado de Zacatecas, días después, fueron ejecutados varios jóvenes estudiantes pertenecientes al municipio de Nieves en la ciudad capital, los cuales fueron encontrados con varios signos de tortura y graves laceraciones a su integridad física.
Posterior a ello, trascendió que al menos 18 comunidades de la Sierra de nuestro Estado, han sido abandonadas por sus habitantes, forzados a desplazarse por amenazas del crimen organizado.
Aunado a ello, en los últimos días se han registrado un número importante de narco bloqueos en las diversas vías carreteras que conectan a nuestro Estado con el norte del país, en los cuales, la quema de vehículos y las amenazas a la población, han sido las señas características de estos atentados.
Hemos vivido y sentido la violencia en nuestras calles, en nuestras plazas, en las tiendas comerciales más visitadas, en las escuelas y hasta adentro de los templos.
Así de mal estamos, pero eso no es todo, aún hay más, en los últimos meses, hemos vivido y aguantado más crímenes de los vistos en los últimos años.
Uno de los hechos más lacerantes para los zacatecanos, ha sido el asesinato de un niño de dos años, quien a consecuencia de un tiroteo entre integrantes del crimen organizado, fue privado de la vida adentro de una iglesia en el municipio de Fresnillo. Le arrebataron los sueños a un pequeño inocente que ninguna culpa tenía de las atrocidades que se han cometido en nuestro Estado.
Y lamentablemente, nuestras autoridades no han dado muestra alguna de empatía y solidaridad. Al contrario, han sido ajenas a nuestro dolor y sufrimiento, quieren aparentar que aquí no pasa nada, que estamos requetebien,.
Pretenden vender la idea de que nuestro Estado sigue siendo seguro, niegan lo evidente y todavía se atreven a culpar a otros de los males que nos aquejan. Sínicos y sinvergüenzas se placean por las calles de la ciudad intentando vender una imagen que nadie les compra.