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LA GRANDEZA DE MEXICO Y SUS PÉSIMOS GOBIERNOS

Por: Isadora Santivañez Ríos

La historia de nuestro país está plagada de un sin número de eventos que dan garantía plena de la grandeza y riqueza cultura, natural, social, económica y religiosa que tenemos, nuestro desarrollo ha estado intrínsecamente asociado a la mitología y el misticismo.
México, desde sus orígenes ha sido grande, basto y próspero, contando con una sociedad preparada, trabajadora y progresista.
Desde la época de apogeo de la Gran Tenochtitlan, existía una sociedad muy bien organizada, que contaba con una educación especializada, bastos recursos naturales muy bien aprovechados, una tecnología hidráulica novedosa y a la vanguardia, así como una ciudad bien distribuida y ordenada, que permitía el fácil acceso y traslado de los pobladores, a la par de que brindaba comodidad y conectividad, priorizando la protección de sus habitantes ante cualquier ataque de grupos enemigos, ya que los aztecas se encontraban rodeados de grandes tribus rivales.
Durante el periodo de la Conquista, la gran joya de la corona fue el Imperio Azteca, el cual fue sitiado por los españoles con la ayuda de los pueblos originarios, que se convirtieron en sus aliados, para posteriormente capturar a Cuauhtémoc y con ello garantizar el triunfo.
Posterior a todo este trance en el que los españoles comenzaron a llegar en escalada al nuevo mundo, México se convirtió en un país de gran segregación social, el cual era consumido por la pobreza y el desánimo, por lo que la Guerra de Independencia representó una gran bocanada de aire para los pueblos originarios, los cuales se encontraban ávidos de recuperar su grandeza.
Sin embargo, el camino no fue fácil y los grandes grupos de poder, se arraigaron fuertemente dentro de los diversos estratos sociales, por lo que, en la lucha por recuperar la grandeza de esta tierra, surgió el movimiento revolucionario, que tría consigo grandes ideas de progreso, reestructuración social y de tenencia de la tierra.
Fue así, como a través del periodo constituyente, se fue forjando el proyecto de nación que consolidó el rumbo de nuestro país.
En su vida como nación independiente, México sobrevivió a dos invasiones, la francesa y la estadounidense, las cuales, si bien no lograron consumarse, si generaron grandes pérdidas territoriales para nuestra nación.
Sin embargo, algo que siempre se mantuvo arraigado, fue el excentricismo cultural, que llevó a nuestro país a posicionarse culturalmente y a servir como marco de referencia para el mundo entero. La amplia gama de multiculturalismo ha permitido que México destaque en varios aspectos, algunos más negativos que positivos, sin embargo, no dejan de ser legados que proyectan nuestro desarrollo, convergiendo en nuestra sociedad la gran religiosidad y generosidad, pero también la imagen de corrupción y marginación social.

A lo largo de los años, la imagen de México ante el mundo ha cambiado y en la actualidad, nos encontramos en un momento en el que la corrupción, la falta de oportunidades, la constante guerra contra el narcotráfico, la pobreza, la violencia en las calles, el machismo, la desigualdad social y la impunidad, hacen que nuestro país sea percibido como un lugar en el que impera la inseguridad, la marginación y la burocracia lenta, inútil y corrupta.
Por lo menos, eso es lo que refleja un estudio publicado por la Universidad Iberoamericana, en el que se ve a nuestro país, como un lugar en el que todos estos problemas sociales afectan su gran posibilidad de crecimiento económico, es decir, somos una nación que cuenta con una gran promesa emergente de crecimiento y progreso, pero todo el estrato social plagado de corrupción e impunidad, lacera socialmente el desarrollo económico de nuestro país.
La imagen de México en el mundo muestra a un país en vías de desarrollo con una gran desigualdad social y un estado de derecho fallido, por lo que es necesario poner las cartas sobre la mesa y entender que, para avanzar, hay que depurar y que todo lo que tengamos que cargar en negativo, será un lastre que detenga nuestro progreso. A la sociedad mexicana le urge deshacerse de sus malos gobernantes, para así, buscar su crecimiento y con ello, recuperar su grandeza.
Los malos gobiernos son los culpables de que nuestro país no alcance su plenitud total, y mientras no se sacudan esos males, seguiremos siendo relegados ante el mundo.