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LA IGNORANCIA DE LA NUEVA GOBERNANZA

Por: Isadora Santivañez Ríos

Durante este año de administración del actual gobierno encabezado por David Monreal, se ha visto una serie de eventos desafortunados que lamentablemente han estado alejados de la legalidad y el estado de derecho.

En uno de los inicios de administración más caóticos de los últimos tiempos, lo primero que llamó la atención durante el periodo de transición, fue la falta de nombramientos de algunos de los principales cargos de su gabinete, retrasando el trabajo de las dependencias por varios meses y generando una inestabilidad en la administración pública estatal, así como una lentitud en la burocracia y la resolución de trámites.

Sin embargo, otro tema que género mucha especulación fue el despido injustificado de miles de trabajadores de Gobierno del Estado, quienes, de manera arbitraria y grotesca, fueron literalmente separados de su área de trabajo.

Con ínfulas de grandeza, los nuevos funcionarios siguieron al pie de la letra la encomienda de remover a todo aquel que oliera a oposición, y miles de familias se quedaron sin un sustento, el cual, llegaban percibiendo incluso durante décadas, ya que muchos de los despedidos formaban parte de la burocracia desde hace ya varios años, adquiriendo derechos laborales que los protejan jurídicamente y que les garantizaba una estabilidad y un sustento a ellos y a sus familias.

Esta fue la primera señal de alarma para quienes conocen de administración pública, respecto a la ineptitud y falta de capacidad de muchos de los actuales funcionarios de gobierno, ya que con estos actos, la nueva gobernanza estaba dejando claro que, del ente público, no entienden ni “j” y que quienes estaban asumiendo el poder, eran unos ignorantes titines que creen que obedecer es garantía de permanencia.

La nuevos funcionarios , de manera autoritaria, ilusamente creyeron que ocupar el poder significaba ser dueños y señores absolutos del Estado y del gobierno y no dimensionaron las repercusiones y afectaciones que esto traería a las arcas del Estado y que en la posteridad podría afectarlos desde un sentido laboral e incluso penal.
A cambio de quedar bien con “el jefe” se expusieron demasiado y su actuar está teniendo consecuencias.
A un año de esta serie de despidos, los tribunales laborales se están viendo obligados a comenzar a dictaminar sentencias y como era de esperarse, todas están resultando a favor de los trabajadores, por lo que los pagos por los daños llegan a alcanzar cifras millonarias.

En honor a la verdad, muchos de los despidos pudieron generarse a través de acuerdos o mediante procedimientos jurídicos adecuados que fueran conforme a derecho, pero la manera en la que procedieron y la falta de conocimiento en materia laboral de quienes fueron los supuestos encargados de operar el tema, provocó que el día de hoy, a muchos trabajadores de confianza, literalmente, se les esté regalando ese dinero, ya que su principal respaldo legal ha sido el pésimo procedimiento con el que actuaron los de la llamada nueva gobernanza.
Hoy, esos trabajadores tienen aires de esperanza, conscientes de que en esta vida, todo cae por su propio peso, sabiendo que a quien obra bien, bien le va y al que no, se le pudre el tamal, como coloquialmente se dice.

Hoy, en esta administración, todo está podrido y la falta de capacidad está afectando enormemente a los contribuyentes y al pueblo bueno y sabio, ya que son cientos de millones los que se tienen que pagar a aquellos que fueron arbitrariamente despedidos y sin tener la posibilidad de desquitar su suelo, en su mayoría, lo recibirán integro, ya que fueron afectados en sus derechos.

Y por si fuera poco, lo más probable es que sean reinstalados, muchos ganando incluso más, que quienes sudaron la camiseta por la marca morena, y así, la vida le enseña a quienes no saben, que para ser, hay que parecer y para proceder hay que conocer…