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Zacatecas y Fresnillo, inseguridad aplastante

Por Claudia Edith Anaya Mota

En días recientes, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) dio a conocer la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU) correspondiente al primer semestre de este año, donde los pobladores de las principales urbes de nuestro país son consultados sobre el tema de seguridad.

Desafortunadamente, los datos arrojados no son alentadores: el 62.3% de ciudadanos de nuestro país considera que es inseguro vivir en su ciudad y particularmente, Zacatecas y Fresnillo, por tercer semestre consecutivo encabezan la lista; es inquietante conocer que casi la totalidad de quienes vivimos en ambas ciudades -92.8% y 91.7%, respectivamente- coincidimos en que vivimos en un ambiente de zozobra e intranquilidad.

Si comparamos los resultados de la ENSU en sus anteriores ediciones, vemos que a inicios de este año el municipio de Zacatecas se encontraba en el cuarto lugar de este listado, pero cinco meses después, subió al segundo sitio, en contraste, resalta que las personas que se sienten inseguras en sus entornos bajó 2.6 puntos porcentuales en este semestre. Por su parte, en enero de este año, el 96% de los pobladores de Fresnillo afirmaron sentirse inseguros en su ciudad, pero en esta última encuesta, esta percepción bajó a 92.8%.

Lo cierto es que la percepción de inseguridad en Fresnillo o en Zacatecas, no es una “ocurrencia” o una “idea” de sus ciudadanos, sino más bien, es consecuencia de la incidencia delictiva en los municipios. Por ejemplo, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) realiza mediciones mensuales sobre las tasas de violencia en el país por cada cien mil habitantes y dio a conocer que, hasta mayo de 2023, la comisión de homicidios dolosos se concentró en cinco estados: Colima, Morelos, Zacatecas, Colima y Chihuahua.

Hasta el mes pasado, en Zacatecas se habían cometido 13,934 delitos del fuero común. Detallaré los que destacan por su alta incidencia: Hubo 5,697 delitos contra el patrimonio que consideran básicamente el robo en transporte, negocio, casa, transporte público o institución bancaria; le siguen los 2,478 delitos contra la familia, que engloba la violencia intrafamiliar y la violencia de género y por último, tenemos a los 2,366 delitos contra la vida y la integridad corporal, donde resaltan los homicidios dolosos, las lesiones dolosas y el feminicidio.

En suma, que la percepción de inseguridad haya bajado es una buena noticia. Sin embargo, nuestras autoridades estatales y municipales requieren seguir trabajando y colaborando para prevenir todas aquellas acciones delincuenciales que desde hace un tiempo, nos quitaron la paz y nos pusieron en el ojo nacional como un estado inseguro.

Negar o descalificar los datos obtenidos a través de un método estadístico y científico, no ayuda en nada para vencer este flagelo que a todos nos lastima. En cambio, aprovecharlo como una herramienta de diagnóstico para diseñar acciones, es lo ideal.

*Senadora de la República.