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LAS MALAS DECISIONES DE ANDRÉS MANUEL

Por: Isadora Santivañez Ríos

Desde hace algún tiempo se estaba configurando el posible escenario de alianzas y coaliciones de cara al proceso electoral federal que habrá de desarrollarse en el año 2024, por lo que algunos nombres se dibujaban de manera natural con miras de encabezar las ya tan anunciadas coaliciones.
Por parte de Morena y del grupo oficialista del Gobierno de la República, Claudia Sheinbaum era quien, sin lugar a dudas, encabezaría el grupo coaligado de Morena, Partido Verde y Partido del Trabajo y a pesar de que hubo quienes manifestaron sus aspiraciones legítimas a ser considerados, provocando que se abriera un supuesto proceso de elección interna, la realidad es que la designación estaba decanta y era evidente, Claudia ya tenía la venia del que manda.
Ella se había portado bien, fue en todo momento obediente, institucional y leal al proyecto de Andrés Manuel, hasta el día en que ya nombrada coordinadora de la defensa de la transformación, intentó designar a su sucesor para mantener la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, era cercano a ella, de toda su confianza y esperaba ser el designado para aspirar a ese cargo, además cumplía con un perfil capacitado, de experiencia y especializado en una de las materias que más adolecen a la sociedad, el tema de seguridad.
Harfuch era el candidato natural y contaba con la venía de la jefa de la casa, sin embargo, para Andrés Manuel, había dudas, el perfil no le generaba confianza y la decisión final la tomó él, haciendo a un lado al perfil más apto y enviándole un claro y contundente mensaje a Claudia Sheinbaum “no te equivoques, aquí, el jefe soy yo”.
Por lo que las aspiraciones de Harfuch quedaron en el olvido y la autoridad y poder de decisión de Claudia se hizo a un lado, doblando las manitas al enviar señales contundentes a la ciudadanía en general, la marioneta, no decide, los hilos los teje el jefe y quien da conducción y toma las riendas es Andrés Manuel.
Evidentemente, esta decisión afectó a Harfuch, quien en un acto de unidad y sumisión aceptó la candidatura de Clara Brugada, quien cuenta con un perfil más sencillo, pero oportuno para el Presidente de la República, ella, sin haber generado previamente el consenso necesario, fue la elegida para ser quien defienda los ideales de morena en la Ciudad de México.
Y pese a que muchos apoyaban a Harfuch y a que él estaba resultando ser todo un fenómeno como aspirante, la realidad es que la defensa del género y del respeto a los derechos adquiridos de las mujeres es la que el día de hoy, posiciona a Clara como la que se encuentre dando la batalla en uno de los Estados más grandes y poderosos de nuestro país.
Este proceso interno trajo consigo mucho desgaste y bastante desconfianza; pero, principalmente, dejó un mensaje que debe ser considerado para este proceso electoral que se avecina, Claudia Sheinbaum, no toma malas decisiones, el problema es que no se le permite concretarlas, su pupilo era buena opción, pero no lo suficiente ante los ojos críticos y severos de Andrés Manuel.
Y eso es algo que la oposición agradece, ya que desde la Ciudad de México, se están presentando situaciones que han dejado bastantes heridos en el camino. Un claro ejemplo es Marcelo Ebrad, quien también fue echo a un lado e incluso lo desconocieron dentro de su partido político, Miguel Ángel Manera, a quien no se le ha dado el trato debido y se le ha visto ausente de las decisiones de las cúpulas morenistas e indudablemente, uno de los más lastimados ha sido el zacatecano, Ricardo Monreal, quien fue humillado en el pasado proceso interno para elegir a la representante de la defensa de la transformación, a él, literalmente, lo mandaron a una de las posiciones más desfavorables, poniendo en tela de juicio su capital y su fuerza como proyecto político.
Todos estos importantes y encumbrados personajes de la política mexicana han sido los soldados caídos que dejó a su paso el huracán de Andrés Manuel y no dudemos que en un futuro cercano, serán quienes iniciarán un proceso de decadencia para el partido en el gobierno, ellos, podrían ser el punto nodal que pueda provocar un giro inesperado en la política mexicana.