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La “histórica” designación de la nueva Ministra de la SCJN

Por: Claudia Anaya Mota

La narrativa de esta administración federal y del partido en el poder, ha sido que en todas sus acciones son “históricas”; pues bien, una vez más siguen haciendo historia, ahora, con la designación de la nueva Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Nuestra constitución establece que la designación de las y los Ministros del Máximo Tribunal de Justicia en nuestro país, inicia con una propuesta del Poder Ejecutivo Federal y corresponde al Senado de la República evaluar, en base a diferentes estándares, si la persona que ha propuesto el presidente cumple con los requisitos de idoneidad y elegibilidad, es decir, si cumple con los conocimientos, la trayectoria jurídica, la experiencia y la objetividad, para poder interpretar objetivamente las leyes y defender la Constitución por encima de intereses políticos o de grupo

Además, para evitar que algún Presidente coopte la Corte para proteger sus intereses, se realizó una importante reforma al Poder Judicial en 1994, donde se estableció el principio de “escalonamiento” como un método que garantiza la independencia de los operadores de la justicia en el país, se determinó brindarles estabilidad y seguridad de su encargo al establecer 15 años como duración de su desempeño, con la característica de que su sustitución no sería al mismo tiempo, sino que cada Presidente, contaría con la facultad de proponer únicamente tres durante su periodo de gobierno, precisamente para tener integrantes con diversos puntos de vista y que no respondiesen a alguna ideología política coyuntural o mayoritaria.

De todos es conocido que el Presidente ha rebasado el número de nombramientos de Ministros de la SCJN que le correspondían, pues ya cuenta con 5 perfiles, derivado de la renuncia en 2019 del ex Ministro Medina Mora por señalamientos de supuestos actos de corrupción que nunca fueron denunciados ni investigados formalmente y el segundo, debido a la renuncia reciente del ex Ministro Zaldívar quien dejó su cargo 2 años antes de cumplir con su ciclo constitucional, para formar parte del equipo de campaña de la candidata oficial a la presidencia del partido en el poder.

Con este número extraordinario de designaciones, existe el riesgo de que el poder político mayoritario haga suya la corte, tenga aliados cuyo afán no sea la protección de la Constitución, sino impulsar los intereses políticos de su propio grupo o ideología y este riesgo se mostró con la propuesta del Ejecutivo Federal con las dos ternas a Ministras que sustituirían al ex Ministro Zaldívar, porque de los 4 perfiles propuestos, todas aceptaron simpatizar o formar parte de los fundadores del partido político que hoy gobierna el país, por lo que las y los senadores de oposición mostramos nuestro rechazo porque no habría garantía de independencia e imparcialidad en sus determinaciones y votamos en contra de que algún perfil con esas características llegue al máximo tribunal, por lo que dejamos en manos del Presidente la responsabilidad y la carga política del nombramiento, porque además, ante la falta de acuerdos en el Senado, la Constitución prevé un mecanismo llamado “designación directa”.

Ahora corresponde a la recién nombrada Ministra Lenia Batres Guadarrama, hacer valer lo que juró cuando rindió protesta ante las y los Senadores de la República que representamos a las 32 entidades federativas: cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen en cada uno de sus determinaciones interpretativas.

Como ciudadana y como Senadora de la República, deseo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sobreviva a los embates y ataques del Poder Ejecutivo Federal, porque todos somos testigos del conflicto que existe y considero que, un pleito entre los Poderes que integran la Unión, es un elemento que no permite avanzar al lugar donde todos queremos que esté México: a la vanguardia y en el concierto internacional de los países con mayor avance y desarrollo.

*Secretaria de la Mesa Directiva del Senado de la República