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*Navidad, tiempo para la reflexión y la unidad*

Por: Claudia Anaya Mota

Navidad, proviene de la palabra latina “Nativitas”, que significa nacimiento, es decir, es una celebración de la vida, del nacimiento de Jesús, que para quienes somos practicantes de la religión católica, es el origen de nuestra alegría, por ello, deseamos felicidad a los demás.

En estos días donde dejamos un lado nuestras actividades profesionales y laborales para volcarnos de lleno al reencuentro, a disfrutar de nuestra familia y amigos, es también un espacio para la reflexión, porque también es sano y necesario, recuperar los espacios y momentos internos en cada uno de nosotros, porque ello nos hace más humanos.

Realizar un proceso de auto observación de nuestro interior, es una práctica que les recomiendo ampliamente, hagánlo con mucho amor propio, sin juicios y con la enorme capacidad de perdonarnos cualquier daño que sin intención, hayamos provocado y verán, que se activa de manera natural un sentimiento muy hermoso: la compasión, porque cuando somos compasivos con nosotros mismos, provoca que sea más fácil serlo también con los demás, pues aprendemos a observar y a ser mucho más empáticos que de costumbre.

La convivencia de la Nochebuena y la cena de Navidad, han sido momentos preciados porque podemos reunir a toda nuestra familia y compartir los alimentos, sonreír, cantar y bailar. Son imágenes que se sumarán a los que conservamos de años anteriores.

En esta temporada, derivada de la vocación migrante de nuestro estado, el corazón se regocija al ser testigos del regreso de quienes decidieron migrar, de las miradas de alegría, de las conversaciones que culminan casi en la madrugada porque tenemos tanto qué decir, tanto qué compartir para ponernos al día.

Para ellos y para ellas, para nuestra comunidad migrante en el exterior, mi agradecimiento a su ejemplo, a su fortaleza, a su humildad por no olvidar sus raíces y la tierra que los vio nacer, gracias por ayudar a sus familias, a sus comunidades, por impulsar acciones y beneficios que son colectivos y que mejoran la vida de la gente. Gracias por regresar y seguir con nosotros, a pesar de la distancia.

Quiero también convocarlos para que no olvidemos que hay otros hogares en los que aquella noche, faltó alguien en su mesa y no precisamente a consecuencia del curso natural de la vida, sino consecuencia de la violencia, esa que se ha venido acrecentando y nos ha arrebatado no solo la tranquilidad sino a muchos seres queridos de manera abrupta, dejando heridas profundas y mucha angustia. Para estas familias, para quienes viven esta tragedia, quiero decirles que han estado muy presentes como una causa justa y hoy más que nunca, están presentes en mi pensamiento.

Aprovecho también para agradecer a cada uno de los lectores de El Nopal que me han leído semana tras semana este 2023, por la generosidad de su tiempo, por el espacio que me ha brindado Pablo Quezada para compartir con ustedes las reflexiones de los temas que nos interesan a las y los zacatecanos.

A cada uno de ustedes, les dejo un abrazo fraterno, con el deseo inmenso de que en todo aquello que les inquiete, encuentren la paz interior y no olviden que el amor, nace de nosotros mismos y deseo que sea tal, que alcance para brindarlo también a los demás. Deseo que hayan vivido una hermosa Navidad.

*Secretaria de la Mesa Directiva del Senado de la República