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El despertar ciudadano

Por: Claudia Anaya Mota

Ustedes saben que, durante toda mi trayectoria legislativa y política, he tenido como principal método de trabajo la cercanía con la gente, ya sea de manera personal o a través de mis redes sociales. Gracias a este diálogo constante y cotidiano, he notado que muchos de mis seguidores piensan que irremediablemente que MORENA va a ganar la presidencia de la República y cuando pregunto las razones, algunos argumentan que “Claudia es la continuidad y candidata de Andrés” y otros, por la cantidad de recursos públicos que usa la precandidata oficial, de acuerdo a diversas investigaciones periodísticas que se han hecho públicas las semanas recientes.

Esta semana estarán cerrando las precampañas, que de acuerdo con la Ley General de Partidos Políticos e Instituciones Electorales es el “Conjunto de actos que realizan los partidos políticos, sus militantes y los precandidatos a candidaturas a cargos de elección popular” y por lo que, en consecuencia, las campañas aún no han iniciado formal y legalmente.

En ese sentido, es muy importante que cada uno de nosotros seamos conscientes de que este año con nuestro voto, definiremos nuestro futuro y el de las próximas generaciones y ante todo, que no hay nada escrito, pese a que se ha desarrollado una narrativa de un triunfo contundente del partido en el poder y que hay poco o nada que la ciudadanía pueda hacer, pero no es así.

No hay destinos manifiestos ni victorias anticipadas. Pretenden regresar con su narrativa al siglo pasado, donde las posibilidades de participación ciudadana eran casi nulos o clandestinos. Hoy, veo una ciudadanía distinta y diferente. Existen personas que ya se organizan para hacer llegar una propuesta y que se tome en cuenta para construir una agenda nacional, una agenda ciudadana más que de los partidos políticos; hay otra parte de ciudadanas y ciudadanos que ya están convencidos de su filia a un partido político determinado y no cambiará, pero hay otra y es una buena parte del electorado, que no ha decidido aún.

Sea como fuere, la ciudadanía en su conjunto tiene la responsabilidad de evaluar a sus gobiernos y representantes, en base a sus resultados en su propia experiencia, no en lo que le dicen las redes sociales, los medios de comunicación o la propaganda.

Debemos preguntarnos, más allá de las pasiones y las filias: el sistema de salud público ¿funciona mejor que antes? Es decir ¿hoy tengo las citas médicas y los medicamentos que requiero en tiempo y forma?; mi hijo en la escuela ¿está aprendiendo más y de maneras novedosas? Su maestro ¿Está mejor preparado que antes? Cuando voy a dormir y mis hijos aún están fuera de casa ¿Puedo dormir con tranquilidad sabiendo que llegarán sanos y salvos a casa? Cuando camino por las calles ¿me siento más seguro o segura que antes? El transporte público ¿es suficiente y menos contaminante?, el dinero que gano con mi trabajo ¿Me alcanza para vivir mejor que antes? ¿Puedo generar un patrimonio con un empleo o necesito dos? La gasolina ¿ya cuesta 10 pesos como se comprometieron? Como estudiante y como egresado ¿Tengo la posibilidad de estudiar más y encontrar un empleo acorde con mis expectativas profesionales y económicas? En suma ¿Hoy mi vida es mejor que hace 5 años? Respondernos estas sencillas preguntas, nos llevará a concluir qué propuesta apoyar: una de continuidad, o bien, una que reconoce las fallas y propone mejoras factibles y posibles.
Revisemos también los rankings internacionales de medición en economía, salud, educación y veamos si efectivamente, México está a la vanguardia o ha retrocedido. No, no se trata de mediciones “neoliberales” sino de mediciones que sirven para evaluar y exponer nuestras fallas como nación y aprender de otros países para mejorar.

Te invito a que reflexiones, a que revisemos cómo vamos y si no estás conforme, reúnete con otras personas que compartan esta inquietud. Si no te es posible o consideras que serás señalado por pensar distinto, entonces, manifiesta tu voluntad en las urnas, recuerda que entre más voto ciudadano, menos voto duro de los partidos políticos, más agenda ciudadana y menos intereses políticos.

*Senadora de la República.
*Secretaria de la Mesa Directiva del Senado de la República