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Isadora Santivañez

Isadora Santivañez

El destino de la mujer desde el punto de vista patriarcal Por: Isadora Santiváñez Ríos Para las mujeres que crecimos en las últimas décadas y nos encontramos viviendo un choque cultural entre el “deber ser” que socialmente dicta que el género femenino debe estar sometido a tener como máxima aspiración de vida, ser madre y una excelente ama de casa, y que a la par, nos encontramos viviendo y conviviendo con un pensamiento progresista que nos motiva a desarrollarnos en el ámbito profesional; resulta altamente complejo encontrar un punto medio en el que mantengas vivas las normas tradicionales y te empoderes dentro una sociedad que constantemente te juzga y te señala. La realidad es que mantener el estándar de “lo normal” es lo que te arraiga a tu cultura y a tus antecesores, quienes por más que lo intenten, no pueden comprender que existen mujeres que no tienen como meta o aspiración de vida casarse o formar una familia. Las mujeres tenemos una carga social importante, en la que tener pareja o contar con un varón que te proteja, te mantiene en un estatus social en el que no importa si eres feliz, plena o te encuentras realizada, lo más trascendental es que cumples con la norma y eso te coloca en un sitio dentro de la sociedad. Bajo el esquema tradicional en el que vivimos, la mujer será motivo de orgullo si llega a consolidar una familia y de todos los logros que pueda obtener en su ámbito personal o profesional, el más importante, será el ser una “buena madre” y una abnegada esposa. Y la carga social de la “familia” recae más en la mujer que en el hombre, ya que al varón se le “permite” tener más concesiones y se debe entender que su género le dicta de manera “natural” otras normas. Es decir, la responsabilidad principal de mantener unido el hogar, es de la mujer. Nuestro sistema patriarcal, nos ha limitado a tal grado de bloquear cada una de las áreas de oportunidad para nuestro crecimiento y desarrollo en el ámbito profesional. Si una mujer crece profesionalmente en una empresa, en la burocracia o en cualquier área laboral, se le señala de manera dura y severa, y lo primero que se pone en duda es su capacidad y su reputación, a la par de que se le juzga por ser desobligada en sus labores del hogar y con sus hijos. Es lamentable que en este siglo, aún exista la creencia arraigada de que el máximo de una mujer debe ser convertirse en madre. Meta, que no se demerita para nada y que para quienes hemos vivido esa experiencia, se vuelve un tema incluso sagrado. Sin embargo, los roles sociales nos limitan y nos señalan. Dejando claro, que nuestra sociedad se mantiene dominada por una cultura machista que limita y segrega a la mujer en todos los ámbitos y sentidos. La maternidad es hermosa, pero no te define como mujer, el matrimonio y la vida en pareja son enriquecedores pero no deben convertirse en “la meta “. Las mujeres tienen derecho a no querer ser madres, ni desear ser esposas, no se les debe definir como “quedadas”, “dejadas” o “luchonas” a quienes no llevan una vida formal en pareja. Mucho menos a quienes cumplen con el arduo papel de la maternidad, es ampliamente complejo criar y educar a tus hijos sola, sin ningún sustento o respaldo, pero resulta aún más difícil e incluso doloroso, hacerlo bajo el escrutinio público, que juzga más a una mujer por hacerse cargo de su familia, que a un hombre que se desentiende de sus obligaciones y responsabilidades. En una sociedad machista, la mujer siempre será la mala, la señalada, la que deba ser juzgada y ese rol, la minimiza, la segrega y la violenta. En la actualidad, las mujeres deben tener claro que sus logros no los define la sociedad, para así lograr empoderarse y definir sus propias metas y aspiraciones, entender su capacidad de tomar sus propias decisiones pese a estigmas, señalamientos, prejuicios y “roles” sociales. Es completamente necesario que existan más mujeres que se involucren en la vida pública de nuestro país, para de esta manera visibilizar la violencia de género y con ello impulsar el desarrollo de una sociedad incluyente, que respete la verdadera igualdad sustantiva y una sociedad más consciente.

El destino de la mujer desde el punto de vista patriarcal Por: Isadora Santiváñez Ríos…
10 febrero, 2023